Flu is in the air, every sight and every sound
Y resulta que el catarrito, como nos lo aseguraba el señor del banquito presidencial (al cual ya no volveré a llamar Milhouse porque mi hermaniux me hizo ver que con esto ofendía al original Van Houten), se volvió influenza, y de ahí influenza porcina, para volverse influenza humana, y luego H1N1, AH1N1, y así mutando por los siglos de los siglos. Pero ya estuvo bueno de tanta paranoia, de la psicosis, de las teorías de conspiración que afirman que esto lo ideó el mismo tipo que creó a Barney (dinosaurio morado causante del derretimiento masivo de cerebros en infantes), y otras cosas parecidas.
Realice otras actividades que sirvan como distracción. Por ejemplo, disfrutar de películas entretenidas, y acordes a la temporada: Epidemia (Outbreak), Exterminio (28 Days Later), El Fin de los Tiempos (The Happening) (¿a poco no son geniales las traducciones de los títulos?), y Resident Evil. Si se sufre de alguna alergía, de rinitis o sinusitis, diviértase viendo la cara de espanto de toda la gente a su alrededor mientras usted se la pasa moqueando durante todo el día; resulta beneficioso: usted dispondrá de un gran espacio personal porque nadie se le querrá acercar y, por ende, reduce el riesgo de contagio por amontonamiento de gente. Juéguele bromas a sus congéneres al más puro estilo de Héctor Reynoso (donde nunca hubo intención porque la cara del jugador del Everton va hacia el moco y no al revés), y usted será el centro de atención de fiestas, reuniones, y autoridades sanitarias. ¿Que los niños regresan hasta la próxima semana y no sabe qué hacer con ellos? Póngalos a realizar actividades recreativas que sirvan para que dejen de estar brincando en la casa: que cocinen y con suerte se cortarán un dedo, se sacarán un ojo, o perderán alguna extremidad al intentar operar la licuadora, y así verá que se van a estar tranquilos (aunque existe el riesgo de que aún sigan brincoteando por la casa, por lo que se requerirá del mutilamiento de las extremidades inferiores para asegurar el apaciguamiento de los chiquitines). No se preocupe, ocúpese. El chiste es sacarle provecho a la situación.
Y si usted aún no quiere salir de su casa, no lo haga. Total, con el internet, el twitter, los chats, y tanta tecnología, ya somos todos unos desadaptados sociales y ni nos importan las relaciones interpersonales.
2 comentarios:
Ouch, si es cierto, somos inadaptados sociales... que horror!, creo que fue lo que tuvo más auge en estos días... el Internet y Blockbuster.
existe la telapatía cibernética, porque llegue justo hoy después demeses y he puesto un post de la influenza?, me he sentido admirada de las ondas cibernéticas...
Mis respetos para ustedes, que hace meses llegaron hasta aquí... interesados en un Mundo mejor...
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